sábado, 30 de abril de 2016

LA TRAMPA

La persecución de los árbitros mexicanos se ha vuelto un deporte. Los jugadores pasan por encima de las reglas y los más inteligentes, abusan de su jerarquía para doblar la pálida sombra de los silbantes en atención de las leyes del juego, hay quienes como el capitán de Xolos, Gandolfi o el volante de Monarcas, Pellerano, que complican, aconsejan y asesoran a los complacientes jueces.
Más tarde, los famosos analistas de la tv les pegan fuerte, tal vez olvidando que algunos de ellos llegaron a cometer despistes mayores en su momento. Los medios golpean la imagen arbitral y los técnicos siempre encuentran en cada fallo un halo de misterio que los sataniza y quieren hacer creer que hay oscuros motivos en cada decisión que no les favorece, olvidando ética y autocrítica, depositando responsabilidades que les corresponden por sus propios yerros.
También hay un fondo de culpabilidad compartida. Los estilos son disparejos y no existe una estandarización del criterio. Sin ir más lejos García Orozco quiso hacer el trabajo perfecto sin amonestaciones, cuando el juego violento de Márquez y León sobre Brizuela lo ameritaban desde la primera parte. Sólo después quiso componer y les dio tarjeta a ambos, por faltas mínimas, lo que hace suponer que existe un manejo a larga distancia, con el móvil, que los conmina a cambiar.
Peñaloza se metió en un lío con Guerrón. Le mostró ¡tres amarillas¡ y luego lo expulsó, sin anotar lo que todos vimos del ecuatoriano, que belicoso, irascible e indisciplinado le dio un empujón. Eso no estuvo en la cédula y la obligación de la Comisión es actuar en consecuencia, con todo y la omisión, para sentar precedente y mostrar que se tiene la mano sin temblar y dejar así, un ejemplo.
Es entendible que producto del tiempo que se vive, el futbol es negocio demasiado grande y los federativos procuran protegerlo y con ello a sus asociados que levantan la voz exigente por sus inversiones en juego, por lo que las actitudes de los factores encierran al arbitraje y lo dejan con un estrecho margen de movimientos "para obedecer" y conservar la posición, aún en detrimento de lo básico, que incluye a la ética más elemental y a la moral mínima, porque el dinero es y hace que todo se realice como si fuera una cruzada personal.
El pueblo, por más que le digan que no debe hacer conjeturas, que todo es producto del vértigo con que se mueve su deporte y aún sabiendo que el futbol es un motor de emociones, tiene tantos elementos a la mano y su propia inteligencia, que no admite engaños, ni acepta verdades a medias y uno sólo llega a preguntarse, ¿dónde acaba la prudencia y dónde comienza la temeridad?
arcadiotm@hotmail.com

MUCHACHO AMARILLO

El desarrollo de los medios cuenta mucho con el genio de Richard F. Outcalt (1863-1928), que era un dibujante visionario en el tiempo del periodismo impactante de Nueva York en una frenética competencia entre William Randolph Hearst (1863-1951) con su imparable NY Journal y el inteligente y atrevido pero culto y periodista natural que era Joseph Pulitzer (1847-1911) NY World, dos gigantes de los medios pero harto diferentes. Hearst era el clásico empresario cuya política y estilo era presentar noticias con los aspectos más llamativos con el fin esencial de favorecer el asombro, el escándalo, buscaba las metas sin voltear a ver, para nada, los procedimientos. Todos los fines se justificaban por el lucro y el poder.
Pulitzer era un refugiado húngaro judío que llegó a USA siendo jovencito y obtuvo la ciudadanía por servir en el ejército en la guerra civil. Se estableció en San Luis y pronto, encontró un estilo periodístico que le dio fama y notoriedad, era objetivo, directo, llano, lo que chocaba con el formato plano y conservador que se utilizaba. Pronto fue dueño del diario que le había empleado y logró fortuna rápidamente hasta comprar el NY World, porque la meta de todos era la gran manzana. De un tiraje de 15 mil ejemplares diarios, pasó a 600 mil inyectando a sus páginas historias escándalo y sensacionalismo.
El genio de Pulitzer se encontró con Outcalt, que buscaba trabajo. No sólo se ubicó sino saltó a la fama y a la eternidad, creando lo que hoy llaman "Comic" después de años de evolución. El personaje creado fue "Yellow Kid", un jovencito chino que estaba cubierto solamente por una túnica amarilla y cuyas aventuras, desarrolladas en los barrios paupérrimos de Nueva York fueron sensación, por tratarse de alguien que veía la vida con simpatía y que ganó pronto enorme popularidad, hasta el grado de que el enfurecido Hearst lo convenció de trabajar para su NY Journal ofreciéndole lo que nadie resiste: dinero y su propio equipo, con lo que fue desarrollando nuevos proyectos y le dio forma a un nuevo foco de atención en el diarismo mundial.
Amarillismo es el periodismo que realizaban Pulitzer y Hearst, inclinados al sensacionalismo por lucro y así fueron bautizados, tomando la idea del personaje por el que luego lucharon intensamente, en los tribunales, ambos adjudicándose la autoría de Outcalt, como lo hace siempre el pez grande con el pequeño, como lo hacen siempre los empresarios que se toman las ideas del empleado sobresaliente, lo que ha sucedido desde que el mundo es mundo, porque hay editores carentes de creatividad y honradez, son sólo empresarios que están para acechar y atrapar las ideas de los visionarios, como quien pesca talento ajeno.
Ese estilo, más de cien años después, parece volver, porque hay publicaciones que limitan su calidad por el amarillismo simple. La diferencia es que aquéllos lo hacían por fama, dinero y poder. Los actuales lo hacen para sobrevivir, aunque en esa lucha contra la realidad y el acoso de la tecnología, prostituya el estilo.
Arcadiotm@hotmail.com

jueves, 14 de abril de 2016

EL DESHIELO DE LA MEMORIA

Navegando en redes sociales para provocar que la gente no se duerma, los chicos de TV Azteca intentaron que se dieran nombres de chilenos famosos que han pasado por nuestro futbol y desde luego considerando para ellos, que Carlos Reinoso es el número uno, que los demás vienen detrás suyo en cuanto a calidad de juego y rentabilidad y con ello hicieron olvidar un poco que el Santos-Veracruz estaba como para entregarse a los brazos de Morfeo o tener sexo light.
Fueron llegando opiniones de muchos que sólo citaron recientes como Pony Ruiz, Suazo, Estay. Como poca gente gusta de investigar, leer, buscar y muchos no tienen ni idea pues faltaron Hodge, Maldonado, Quintano, Gamboa, Araya, Pata Bendita, Zambrano y luego pasaban la cámara encima de Reinoso, como con el gusto de exhibirlo en su pantalón "pescador" y playerita corta, lejos del glamour que exhiben otros técnicos, salvo Zubeldía que prefiere jeans de Elvis.
El andino llegó en 1970 a México y de inmediato se hizo figura en América. Fue ídolo y gestador de juego, goleador y figura del grupo de José Antonio Roca hasta llegar a niveles poco edificantes en su trato con el periodismo. Un día en las canchas de Coapa, el eficiente Lupe Ferreira, fotógrafo de alta calidad y este reportero cumplían órdenes de la dirección y molesto de preguntas y fotos, de un de repente dijo: "ya basta, ustedes viven de nosotros".
Tal vez nunca consideró que existe un maritaje entre periodistas y jugadores donde los dos factores se necesitan mutuamente y aunque haya discordancia, debe existir siempre un respeto entre todos. Pero era el tiempo de su fama y nada lo detenía. Fue el único jugador que ha sido expulsado en muchos años por insultar soezmente a su compañero René Trujillo en un Laguna-América aquí. Lo hizo sin que le temblara la mano el ya fallecido Arturo Yamasaki. Todos lo vimos.
Después metido a dependencias por sustancias, tuvo años de desvaríos y parece haber logrado el cambio con varias aventuras de interno en sanatorios especializados. Ahora pide perdón a todos los que "pudo haber ofendido" y dirige mucha culpa de sus yerros en relaciones humanas a que "estaba chavo y eran otros tiempos".
Ahora parece un viejo resignado y no tiene ganas ni de estar presentable, sabe que se juega su último boleto con Veracruz en la final de Copa y que aún ganándola tal vez no le alcance para renovar. Por eso carga mucha tristeza que se nota en su mirada y busca saludar, ofrecer disculpas. Lástima que mi amigo querido, Lupe Ferreira no pueda escucharlo. Murió hace ya un par de años.
arcadiotm@hotmail.com

martes, 5 de abril de 2016

EL MUCHACHO DE LA PELÍCULA




Para Raúl Zugasti Reyes, periodista noble y hombre cabal 
 
Jared Borgetti apareció en los campos de Santa Rita con un VW Golf en 1996, rojo sangre. Sonreía con facilidad y se le adivinaba encima del entusiasmo natural de joven. El DT en turno, Alfredo Tena le dio de inmediato la posición titular como centro delantero, venía del aun Atlas siempre necesitado de plata, que lo vendió a Santos al primer intento. Era humilde y hasta tímido, a menudo reservado, guardaba su expresividad para la cancha.

Multiplicó la ilusión de su futuro de a poco, con goles como llave de sus sueños, sabiendo siempre que mostrarse fuerte atrae el auxilio de los Dioses y fue contando con un grupo que jugaba en razón de su instinto de goleador de raza, que eliminaba todo lo superfluo y encaraba con fe para vivir plenamente en el área, frente al arco, dotado de una visión natural que le permitía estar en el sitio necesario para impactar.

Pocos meses después el clímax. Nicolás lo mira como un águila y le dibuja un centro al que se lanza de frente para aniquilar todo esfuerzo de Navarro. Caía el Necaxa y se izaba Santos a su conjuro. Un cabezazo a la gloria y elpueblo santista a la histeria, con un recuerdo que es palpitación eterna. Jared el eterno ídolo de la vieja cancha verdiblanca, donde todos escuchábamos la respiración de propios y extraños, su terreno de conquista, el sitio donde se esconden aún los gritos de las grandes tardes en domingo, con todas las cámaras captando los niveles de su alma, con la frente despejada, con los ojos de gacela, con el pique y el vuelo, con el cuello impulsor.

El resto es historia. Goles para marcarle la vida por siempre. Cifras, números, selecciones, con un poder que sólo tienen los privilegiados del futbol, que es como una droga que crea adicción para la gente y para los que lo poseen. Potencia, presencia, espíritu pero se fue porque nadie es eterno y ahora mismo es solamente un vendedor de nostalgias pero dejando en claro que el paso de los grandes siempre deja firme su huella.

Convertir lo normal en arte es sólo propio de gente diferente como Jesús Martínez, del Grupo Pachuca que creó el Salón de la Fama y ha convocado a Jared para entronizarlo junto a grandes figuras y aunque formamos parte de una sociedad que tiende a condenar el talento y éxito ajenos, nadie de los que pudimos disfrutar de los goles de Jared podemos dejar de lado semejante distinción, porque es ya uno de los nuestros y su culminación hace más grande la historia propia y de Santos Laguna, que se asoma así a la ventana exitosa, ésa que han dado tantos hombres que han portado su casaca y que al nombrarlos podríamos olvidar algunos, por eso mejor recordar a todos como vayan apareciendo en la luz de la memoria siempre agradecida con los héroes de su club.
 
arcadiotm@hotmail.com

LUCES DE LA CONCIENCIA

Don Alfredo Duclaud Reguera tenía el tono de la elegancia en todo lo que hacía. Impecable en su vestido, dinámico en el actuar, fiero para tomar decisiones y visionario en el medio del periodismo y la publicidad, era en su momento del encuentro con nosotros, el brazo derecho de los señores Guerrero en La Opinión de la Falcón y Matamoros, el viejo periódico que ya no existe. 

Bebía tequila con cerveza, fumaba cigarros mentolados y cuando decidía algo, golpeaba el escritorio con su puño derecho. Usaba corbatas de seda y tenía esa rara facilidad que pocos poseen para hacer amigos. Convencía a todos porque tenía habilidad para vender y venderse ante los clientes. Enseñaba viéndolo.

A dos años de su muerte en Guadalajara, recordarle es reiterar afectos pero también reconocer con agradecimiento los detalles decisivos que dio al impulso de su joven amigo que se iniciaba en el periodismo y que disfrutaba de sus largas pláticas con sus anécdotas de los héroes de su juventud en la Ciudad de México, en como decía él, "querido e inolvidable Parque Asturias" de la Chabacano.

Planeó el Mundial de 1970 con detalles, presupuestos y personal pero el hombre que cubriría la sede México, Toluca, Puebla se indispuso y echó mano de su joven amigo para la responsabilidad, lo que significó un regalo de Dios para quien sólo tenía proyectado ver el evento por tv y de pronto, le puso a la mano la fortuna única e incomparable de ver en vivo a los grandes astros.

Pelé, Jairzinho, Gerson, Brito, Félix, Piazza, Carlos Alberto, Rivelino, Tostao, el equipo maravilla y campeón. Enfrente Albertosi, Riva, Rivera, Domenghini, Rosatto, De Sisti, Burgnich, Mazzola, los italianos que unos días antes pasaron encima en un 4-3 sobre Alemania, arbitrando Yamasaki. Un partidazo increíble que todavía salta con sus recuerdos en la mente, entre la clase de Beckenbauer, Maier, Overath, Muller, Seeler.

Un día dijo, "mañana vamos con Raúl Cárdenas", DT de la selección mexicana y al llegar al Centro de Capacitación en Santa Úrsula, el recién fallecido lo recibió entre abrazos y luego la conversación, no muy larga pero demasiado fructífera. Ante un brote de indisciplina donde marginó a Borja (astro de ese tiempo) y otros, solamente dijo: "hay algunos que no digieren que yo sea quien dé las órdenes".

Ese joven era su columnista amigo, beneficiado por la fortuna y un azar de la vida, que seguramente respondió a la maravillosa oportunidad, porque desde entonces no ha parado pero ese sueño cumplido no habría sido posible sin la decisión de Alfredo Duclaud Reguera que se asoma para ver su tierra lagunera.
 
arcadiotm@hotmail.com